El premio Nansen para los Refugiados, una distinción a personas, grupos y organizaciones que van más allá de la obligación de proteger a personas refugiadas, desplazadas y apátridas, fue creado en 1954 para conmemorar el legado de Fridtjof Nansen, un científico noruego, explorador de los polos y diplomático que fungió como el primer Alto Comisionado para los Refugiados de la Liga de las Naciones.
Moreno Barco cuenta que no solo «recorre el país, busca escenarios de visibilización internacional, hace denuncias, llama al gobierno, [hace] peticiones, se enfrenta con los actores armados”, sino que admás “no tiene un punto fijo de vivienda” porque se la pasa, la mayoría de ocasiones en el río, recorriendo su terreno.
A sus 55 años, dice con mucho orgullo y contra todo pronóstico, que está a punto de culminar una carrera profesional en Administración Pública.
Y es que “Chava”, como le conocen, ha trabajado por más de 20 años en escenarios de construcción de paz y visibilización de los pueblos en un país donde aún el conflicto y la violencia son visibles en zonas vulnerables.
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