La tensión escala en Riosucio a medida que grupos de familias campesinas se desplazan hacia el casco urbano para unirse a una jornada de protesta debido al deterioro extremo de los ríos (Cacarica, Balsa, Salaquí, Truandó, entre otros).
La movilización refleja el cansancio acumulado por la falta de acciones efectivas contra la sedimentación y el taponamiento de los cauces, que históricamente han sido la principal vía de comunicación y comercio para estas comunidades
El estado actual de los ríos está paralizando la economía local y afectando servicios esenciales:
Económico: Pérdida de la capacidad de transportar productos clave (yuca, plátano, pescado, leche, cacao), resultando en pérdidas financieras y cese del comercio.
Social:.Riesgo para la salud (dificultad para acceder a centros médicos) y la educación (imposibilidad de llegada de docentes).
La Propuesta de la Banca Carreteable:
Ante la dependencia del transporte fluvial, las comunidades ven como alternativa viable la construcción de una banca carreteable para complementar la movilidad.
Señalan que la solución logística (retroexcavadora, bongo, combustible) es viable y económicamente más sensata que seguir invirtiendo sin resultados en los ríos.
Sin embargo, los denunciantes aseguran que, en lugar de apoyo, han encontrado «trabas por parte del mandatario municipal» para llevar a cabo este proyecto alternativo.
La comunidad insiste en que la unión y la persistencia han demostrado ser efectivas en el pasado, y esperan que la decisión política se alinee con la necesidad urgente de sus territorios.























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