Esta situación predomina entre las poblaciones indígenas y afrodescendientes, donde los menores de edad temen ser reclutados por actores armados.
La Federación Luterana Mundial con sede en Colombia, esbozó una alta preocupación ante este fenómeno que aumentó su impacto en los últimos años, sin embargo, hay datos que señalan que los primeros casos de suicidio surgen desde el año 2000, además, el confinamiento de comunidades afro e indígenas por la presencia de actores armados en esta zona, la expansión de los combates y la ausencia de las autoridades, resaltan que esta problemática debilita constantemente los derechos humanos de las poblaciones que habitan en este departamento.
Daniel Macía, coordinador del programa en salud mental de la organización Médicos Sin Fronteras en Colombia, demostró una alta preocupación por la falta de intervención estatal en esta zona en temas relacionados con salud mental, pues en muchas ocasiones este tema es abordado directamente por actores independientes y no estatales, configurando una seria contrariedad respecto a la ausencia del Estado.
Frente a esta situación, el representante de Médicos Sin Fronteras señaló que los equipos de intervención son limitados por parte de algunas organizaciones, razón por la cual el despliegue se agudiza de manera progresiva, Macía explicó: “Realmente hay muy poca disponibilidad de equipos para atender estas situaciones, por un lado porque no están cualificados y por el otro porque no hay nada disposición para establecer políticas de salud mental que cubran adecuadamente los territorios, ahí tenemos un problema histórico.”.
A su vez, el coordinador del programa de salud mental, reveló una cifra preocupante respecto al año de origen de este fenómeno, señalando: “Si se mira la disposición de servicios de salud mental públicos, son tremendamente limitados en todo el departamento del chocó, y muchas de las acciones de salud mental están cubiertas por organizaciones no gubernamentales, es curioso, entonces que presentemos casos de suicidio desde el 2000 en diferentes momentos, con esas diferentes efervescencias del conflicto armado colombiano en esta zona, y que no haya una adecuada atención y una adecuada perspectiva, es preocupante, porque no puede ser que completemos una nueva década y que luego en el 2030, estamos hablando otra vez de esto en una nota de prensa”.
En lo que va corrido del año 2022 se han presentado 40 intentos de suicidio, específicamente en las comunidades Embera Dobida en el municipio de Bojayá, lamentablemente también surge el registro de al menos cuatro suicidios. Respecto a una mirada general en este año, son 22 infortunados casos los que se han presentado en todo el departamento del Chocó.
La intensificación del conflicto en este departamento, ha sido reportada por distintas entidades que alertan sobre la inminencia de riesgo en las poblaciones que habitan en la región, si bien, en 2022 la Defensoría del Pueblo ha enfocado las alertas tempranas en ciertos municipios, en septiembre del año 2021 esta entidad emitió la alerta temprana estructural 016-21 por la presencia de grupos armados ilegales adjuntos al ELN y a las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, con predominancia en el medio Atrato, Bojayá y conexión con Vigía del Fuerte en el departamento de Antioquia.
La violencia de género, tortura, estigmatización y extorsión, fueron las principales conductas identificadas por la Defensoría en la alerta 016-21, no obstante, desde aquí surgieron advertencias en relación al reclutamiento forzoso y utilización de niños, niñas y adolescentes, como objeto para el conflicto armado, estigmatizando directamente a esta población, que se configura como sujeto de revictimización de la violencia.
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