El caso más grave se presenta en el Alto Baudó donde, según el reporte entregado por el alcalde Ariel Salazar Sarco, la cifra preliminar de los damnificados asciende a las 7.500 familias. En el municipio también resultaron afectadas 23.000 hectáreas de cultivos de pancoger.
“Apenas el reporte preliminar lo estamos sacando porque desde hace cinco días, el coordinador de Gestión del Riesgo y una comisión de la administración municipal, salió a terreno y estaban sin señal, apenas llegó a la cabecera municipal”, cuenta el alcalde.
Además de las familias y cultivos que se perdieron por la corriente del agua, el reporte preliminar habla de 20 viviendas destruidas, 250.000 aves de corral perdidas y 500 cerdos desaparecidos.

“Es que la población afectada es total. Las comunidades están sobre la orilla de los ríos, desde el río Baudó y los ríos como Ampartadó, Amporá, Nauca, Cugucho. Como se desbordaron todos los ríos principales del municipios, obviamente afectaron todas las comunidades”, precisó Salazar.
Estos grupos familiares se suman a los 1.500 que el pasado mes de febrero resultaron afectados por otra creciente y por los que el municipio declaró calamidad pública para su atención.
Manuel Santos Valencia, coordinador de Gestión del Riesgo de Desastre, informó que la cifra de damnificados en su municipio llegó a las 3.800 familias, donde la mayoría se encuentran ubicadas en la zona rural.
En esta localidad fue declarada la calamidad pública por el Comité Municipal de Gestión del Riesgo para designar recursos y atender a la población.
En ambas localidades esperan la llegada de ayudas humanitarias por parte de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) cuyo director, Carlos Carrillo, llegará a Quibdó para evaluar las afectaciones y establecer las acciones de respuesta para las comunidades.























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