La mujer llevaba ocho años delinquiendo en Cali. Había huido a Chocó, donde armados la protegían.
Una mujer era buscada por investigadores de la Sijín de la Policía Metropolitana de Cali, con la Fiscalía, porque desocupaba todas las casas en las que trabajaba supuestamente como empleada de servicios domésticos.
«Esta mujer se ganaba la confianza de empleadas domésticas, simulando ser una persona de escasos recursos y que necesitaba trabajo, con el fin de ser recomendada en residencias que estuvieran requiriendo una empleada doméstica», informó el subcomandante de la Policía Metropolitana, coronel William Quintero.
También visitaba sitios públicos, como supermercados, restaurantes, entre otros, para seleccionar a sus víctimas y ofrecerles este servicio.
Cuando la falsa empleada llegaba a una vivienda, poco a poco se ganaba el aprecio y la confianza de sus jefes para, en el momento menos pensado, no dejar absolutamente nada.
Fue así como se inició esta investigación que condujo a las autoridades hasta Quibdó, capital de Chocó.
«Gracias a la ardua indagación de varios años por parte del grupo de Investigación Criminal Sijín de Cali, junto a la Fiscalía General de la Nación, se capturó por orden judicial a la mujer (…) Igualmente fue capturada en flagrancia su pareja sentimental, quien portaba un arma de fuego. Está sindicado de, presuntamente, comercializar los diferentes artículos hurtados», explicó el coronel Quintero.
El lugar de preferencia de esta mujer eran viviendas de altos estratos de las ciudades, entre ellas Cali.
Solía moverse en las comunas 2, en el norte caleño, así como en la 17, la 19 y la 22, en el sur. En la 22 está el exclusivo barrio Ciudad Jardín.
Buena parte de las víctimas eran personas de la tercera edad, «logrando ingresar en las viviendas con facilidad y sin generar sospechas, además se identificaba con nombres falsos».
Según lo que se pudo establecer, su modus operandi consistía en suministrar a los propietarios de las viviendas un medicamento que requiere formula médica, lo conseguía, a través de compras en el mercado clandestino.
Luego de que lograba reducir las capacidades psicofísicas de las personas, hurtaba dinero en efectivo, joyas de oro, diamantes, esmeraldas, armas de fuego, relojes y celulares de alta gama, oscilando, aproximadamente en 1.500 millones de pesos.
La mujer, presuntamente, venía delinquiendo desde 2015 y desde ese año «la Policía Nacional venía siguiendo sus pasos».
Se pudo constatar la ubicación de esta pareja gracias a la información de la ciudadanía y al pago de una recompensa de la Policía Nacional por la captura de esta persona.
«Es así como la indiciada, al verse perseguida, decidió viajar a su lugar de residencia en Quibdó, donde era protegida por un grupo al margen de la ley«, señalaron las autoridades.
Durante las capturas por los presuntos delitos de hurto calificado y agravado y fabricación, tráfico y/o porte de armas de fuego y municiones, se incautaron un arma de fuego, cinco cartuchos, dos celulares, joyas de oro y relojes de alta gama.
Se le estarían atribuyendo, por lo menos, 13 casos de hurto a residencias en ciudades principales tales como Medellín, Bogotá y Cali, «donde desplegaba su accionar criminal, por medio de la recolección de elementos materiales probatorios, tales como entrevistas, análisis de videos subidos a las redes sociales, cotejos morfológicos, reconocimiento en álbum fotográfico, los cuales permitieron demostrar su participación en los hechos».
Los capturados fueron dejados a disposición de la Fiscalía General de la Nación y un Juez de Control de Garantías le dicto medida de aseguramiento intramural a la mujer y dejo en libertad a su compañero sentimental.























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