El grupo Gaula de la Policía Nacional, junto con la Fiscalía General de la Nación y la Seccional de Investigación Criminal (Sijín), capturó en Sincelejo a Juana Perea y a su hijo, Jhofran Orozco Perea, sindicados de ser responsables del asesinato del docente, periodista y gestor cultural, Armando Rivero Manjarrez.
Juana Perea, oriunda del Chocó, se desempeñaba como rectora del Instituto Técnico Gabriel Taboada de Ovejas, donde trabajaba Armando Rivero. La pareja había iniciado una relación que se extendió por más de diez años.
La detención de Juana Perea ocurrió el 1 de octubre a las 8:30 de la mañana en el parqueadero de un almacén en la Calle La Pajuela, While Jhofran fue arrestado a las 6:15 de la mañana en el barrio Villa Natalia, donde Armando había convivido con ellos. Además, en Corozal fue detenido Osnaider Tapia, quien tenía en su poder el celular de la víctima.
Durante los registros en el inmueble donde residían, las autoridades hallaron 4 computadores, 3 tabletas, 4 celulares (incluidos marcas como iPhone y Xiaomi), un reloj inteligente, libretas con apuntes, documentos, memorias USB y un disco duro, entre otros objetos.
Armando Rivero había desaparecido el 12 de julio, cuando salió en su carro con dirección a Gavalda, pero nunca llegó a su destino. Su camioneta Duster fue hallada incinerada en zona rural de Tuchín, Córdoba, un día después. Desde entonces, las autoridades iniciaron su búsqueda, y la Gobernación de Sucre ofreció una recompensa de 20 millones de pesos por información sobre su paradero.
Las primeras versiones sugieren que Juana Perea y Jhofran Orozco habrían planeado la desaparición y posterior asesinato de Armando Rivero. La Fiscalía ha indicado que ambos serán juzgados por los delitos de tortura, desaparición forzada y homicidio. Las investigaciones continúan para esclarecer los detalles del caso y los motivos detrás del homicidio.
