Colegios en Chocó están que se caen: hay baños destruidos, goteras y salones sin ventilación

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Fotos: Natalia Prieto

Los colegios afectados son Nuestra Señora de la Pobreza, Normal Superior Demetrio Salazar Castillo, ITA y Nuestra Señora de Fátima de Tadó.

En Tadó, las y los estudiantes regresaron a clases el 15 de enero con la ilusión de aprender y compartir con sus compañeros en medio del deterioro físico y la falta de recursos que persisten en las instituciones educativas: baños destruidos con baterías sanitarias dañadas, techos con goteras, salones sin ventiladores, falta de computadores y, en algunos casos, ausencia del servicio de transporte escolar.

Esta situación afecta los colegios Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de la Pobreza, Normal Superior Demetrio Salazar Castillo y el Instituto Técnico Agroambiental.

Los alumnos de la institución Nuestra Señora de Fátima sede Mumbú, por ejemplo, reciben las clases en una casa comunal debido al estado tan deteriorado de sus instalaciones.

Ante ese panorama, algunos rectores elaboraron informes y enviaron cartas al alcalde Juan Carlos Palacios solicitando su apoyo urgente para gestionar e intervenir en la mejora de las condiciones de cada plantel educativo.

Y, en el caso de la Normal Superior Demetrio Salazar Castillo, hacer frente a una deuda que asciende a más de 30 millones de pesos por el servicio de energía eléctrica.

¿Qué está pasando?

De acuerdo con Carlos Copete Gómez, rector de la institución Nuestra Señora de Fátima, las once sedes necesitan intervenciones que van desde “el mejoramiento de las plantas físicas hasta la dotación de ventiladores”.

“Esperamos que el alcalde realice las gestiones pronto y puedan llegar a las instituciones los elementos que necesitamos para el funcionamiento adecuado: buenos pupitres, baños, computadores y servicio de transporte”. Carlos Copete Gómez, rector de la institución Nuestra Señora de Fátima.

Entre las peticiones escritas en su informe también está la contratación de cuatro buses escolares, teniendo en cuenta que el servicio de transporte que prestan los dos buses actuales resulta insuficiente. “Deben hacer varios recorridos y los estudiantes deben madrugar demasiado y se exponen notablemente ya que la institución no cuenta con vigilancia”, se lee en la carta.

Por su parte, la rectora de la Normal Superior Demetrio Salazar Castillo, Eude Celina Ramírez, cuenta que “aunque todas las instituciones tienen problemas similares, la mía necesita mucha inversión ya que las instalaciones presentan problemas generales y no contamos con ventilación adecuada ni con un auditorio”.

En su carta, la rectora también manifiesta que se necesitan cubiertas para cuatro espacios deportivos, el mantenimiento de los pisos de tres salones y nuevo material escolar: 200 computadores, 300 pupitres, 500 sillas y 70 escritorios para el cuerpo docente.

Además, destaca la importancia de cumplir con las obligaciones financieras de la institución, entre las cuales se encuentran el pago de 30 millones de pesos por el servicio de energía eléctrica, cuatro millones de pesos por agua y dos millones de pesos por el internet.

Guido Ledesma, coordinador académico del Instituto Técnico Agroambiental, cuenta que “desde el colegio principal hasta las escuelas necesitan baños para que los estudiantes hagan sus necesidades”.

Además, “el colegio viene con dificultad hace muchos años en el servicio de transporte escolar porque el bus que tenemos tiene más de diez años, ya cumplió su ciclo, se vara mucho y la mayoría de los recursos se nos van en reparación del mismo”.

“El bus que tenemos tiene más de diez años, ya cumplió su ciclo, se vara mucho y la mayoría de los recursos se nos van en reparación del mismo”. Guido Ledesma, coordinador académico del Instituto Técnico Agroambiental

Finalmente Marcial Blandon, rector de la institución Nuestra Señora de la Pobreza, cuenta que, aunque todavía no se ha hecho el diagnóstico, sabe que se necesita la construcción de varias aulas en la sede San Pedro y un sistema de encerramiento en la sede Reinaldo.

¿Qué dice la gente?

Carmen Copete, madre de una estudiante de la Normal Superior Demetrio Salazar Castillo, cuenta que “el colegio necesita que lo mejoren, los salones necesitan ventilación o aire acondicionado ya que nuestros niños y niñas se sienten sofocados o desesperados por el calor y quieren salirse de los salones”.

“El colegio tiene maleza, le falta pintura, adecuación de los baños, arreglo de la cubierta y un auditorio o salón para reuniones de padre de familia”, agrega Copete.

Sobre la escuela Francisco Miranda, Leidy Mosquera, madre de familia, dice que “es una escuela muy vieja y está en mal estado”. “El área de recreación y deporte donde forman los estudiantes necesita adecuación y el comedor necesita elementos para que los niños se sienten a comer tranquilos. Esta escuela tiene parte del techo que cuando llueve hay goteras impresionantes”, denuncia.

¿Qué dicen las autoridades?

El alcalde de Tadó, Juan Carlos Palacios, reconoce que “tenemos deterioro más de un 50% de las instituciones educativas”. “Hoy estamos muy mal en infraestructura. He podido constatar y sí es verdad que debemos trabajar en armonía para lograr esa dignidad en materia educativa”, dice.

De acuerdo con el mandatario, desde la administración se han hecho gestiones para presentar las necesidades ante el Ministerio de Educación. “Haré todo lo posible para que en el primer semestre logremos hacer ese trabajo de dignificar nuestros planteles. Próximamente vamos a entregar algunos inmobiliarios y trabajaremos de la mano con los rectores para ver cómo logramos mejorar la educación en el municipio”, asegura Palacios.

A pesar de contar con un convenio firmado con la Alcaldía, a través del cual las instituciones educativas recibían recursos económicos con el propósito de ‘fortalecer la calidad educativa’, los rectores coinciden en que estos fondos resultan insuficientes. Según Carlos Copete Gómez, rector de la institución Nuestra Señora de Fátima de Playa de Oro, los fondos solo cubrían el pago de transporte, servicios públicos y el mantenimiento de algunas sedes.

Ante esta situación, el alcalde Palacios asegura que la nueva administración revisará los convenios para “tomar una buena decisión”. “No sabemos todavía si continuaremos con los convenios hasta que no hagamos la revisión para no errar y que los procesos educativos funcionen de la mejor manera”.

De acuerdo con Brenda Mosquera, coordinadora de educación municipal, “tenemos unos recursos mínimos para intervenir y mitigar la situación. Vamos a resolver los problemas más avanzados y luego realizar gestiones para solucionar el problema de fondo debido a que la razón de ser de nuestro municipio son sus niños”.