Mediante una arremetida desde el Chocó, este grupo armado ilegal se quedó con el control de un corredor estratégico para el narcotráfico. Hay temor en municipios del norte del Valle por aumento de homicidios, extorsiones y reclutamiento.
Lo que en principio fue una presencia esporádica a través de alianzas con organizaciones criminales en algunos municipios del departamento, terminó convertida en los últimos años en el fortalecimiento y consolidación del Clan del Golfo en el Valle del Cauca.
Su principal victoria, a finales del año pasado, fue arrebatarle a la guerrilla del ELN a sangre y fuego el Cañón de Garrapatas, considerado un paso estratégico del narcotráfico hacía el océano Pacífico y punto de partida del comercio de drogas hacia Estados Unidos y Europa.
El hecho de que el Valle comparta frontera con el departamento de Chocó, donde hay fuerte presencia el Clan del Golfo, fue clave para que este grupo armado expulsara al ELN del cañón, otrora escenario de disputa de los carteles de la droga a través de bandas criminales como Rastrojos y Machos.
Fuentes militares explicaron que para que la estructura del Clan del Golfo ‘Frente Valle’ lograra tomar el control criminal del Garrapatas fue fundamental el respaldo que recibieron desde Chocó de la subestructura ‘Baudó’, que hace parte de ese mismo grupo ilegal.
“Esa presencia del Clan del Golfo en esa zona del norte del Valle la vienen sintiendo comunidades en municipios como Riofrío, El Dovio, Trujillo, Versalles, Bolívar, Zarzal y Roldanillo, donde hay temor por el aumento de extorsiones a comerciantes, el aumento en la tasa de homicidios y el presunto reclutamiento de menores”, explicó una fuente policial.
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