Falla en red Azteca dejó sin internet al Chocó cuatro días. En diálogo con Blu Radio, Lizcano advirtió que 250 municipios podrían quedar incomunicados si colapsa la infraestructura.
El reciente restablecimiento de las comunicaciones en el departamento del Chocó, tras una tormenta eléctrica que interrumpió los servicios de internet y telefonía celular, puso nuevamente en evidencia la fragilidad de la infraestructura digital en Colombia.
El incidente, provocado por un corto circuito que afectó cables aéreos y subterráneos de una torre operada por Azteca Comunicaciones, generó preocupación sobre la dependencia de esta red en vastas zonas del país.
La gobernadora del Chocó, Nubia Carolina Córdoba, confirmó que la falla fue superada mediante una articulación entre el Ministerio TIC, Azteca y los operadores móviles. No obstante, la situación volvió a encender las alarmas. El exministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Mauricio Lizcano, advirtió en diálogo con Mañanas Blu con Camila Zuluaga que si la red de Azteca deja de operar, más de 250 municipios podrían quedar totalmente incomunicados.
La red de Azteca llega a 700 municipios del país. Si se cae, hay 250 municipios que no tienen otra alternativa. Quedarían completamente incomunicados.
Chocó: inversiones para garantizar la redundancia
Durante su paso por el Ministerio TIC, Lizcano asegura que dejó contratada una nueva infraestructura de fibra óptica con Internexa y Nisa, que estaría lista para entregarse en un mes. Esta segunda red busca garantizar la redundancia, es decir, la existencia de una vía alterna de conectividad en caso de fallas.
“Yo dejé contratada una nueva fibra óptica que resolvería el problema. El Chocó tendrá tres redes: Azteca, Internexa y Claro. Eso debe garantizar la conectividad de forma estable”, explicó.
También mencionó que se destinaron recursos por más de $240.000 millones para llevar fibra óptica a todos los municipios del Chocó y se inició la instalación de siete antenas en Quibdó. Según Lizcano, estas acciones convertirán al departamento en una de las regiones mejor conectadas del país, una vez se completen los trabajos.
El contrato de Azteca y su incierto futuro
Azteca Comunicaciones llegó a Colombia en 2011, tras ganar una licitación durante el Gobierno de Juan Manuel Santos. A través de un contrato de aporte, el Estado entregó 350 millones de dólares para que la empresa desplegara una red nacional de fibra óptica.
Sin embargo, Azteca enfrenta actualmente un proceso de reorganización empresarial, lo que pone en entredicho la continuidad del servicio.
Yo no comparto ese modelo de contrato. Si la empresa quiebra, el país se queda sin servicio. No hay un operador estatal que pueda asumir esa responsabilidad de inmediato
250 municipios podrían sufrir un blackout digital
Lizcano fue claro al afirmar que no existe actualmente un plan B integral para cubrir los municipios que dependen exclusivamente de la red Azteca. Si la empresa detiene su operación, cientos de localidades quedarían sin acceso a servicios digitales básicos.
“Es como si quedaran sin agua o sin luz. Hoy el internet es un servicio esencial. La posibilidad de un blackout digital es real”, advirtió.
La construcción de una nueva red de esa magnitud tomaría años y requeriría inversiones multimillonarias. Por ello, el exministro considera urgente que el Gobierno actual agilice una solución estructural: ya sea la compra de la red por parte de otra empresa o una intervención estatal más directa.
La crisis de Azteca también revela un problema estructural: la tercerización completa del servicio de conectividad. En Colombia, las redes de telecomunicaciones son operadas por empresas privadas, y el Estado no cuenta con un sistema propio para intervenir ante emergencias de este tipo.
“Así fue diseñado el sistema. Si una empresa privada se retira del mercado, el Estado queda atado de manos. Esa es la vulnerabilidad que tenemos”, expresó.
Lizcano añadió que los operadores celulares como Claro, Movistar y Tigo tienen la obligación de prestar el servicio, pero en muchos municipios no cuentan con infraestructura propia o suficiente, lo que hace inviable una solución rápida en caso de caída de Azteca.
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