Ese pequeño poblado pasó de albergar a miles de personas en tránsito a tener unas playas tranquilas. Las duras políticas de Donald Trump desaceleraron el flujo de viajeros. Hoy muchos están de regreso.
El drama de los migrantes parece no tener fin en Necoclí, pero no por las mismas razones de antes. Este municipio de apenas 45.000 habitantes, que en 2023 estaba literalmente reventado por la llegada de más de 500.000 migrantes, hoy luce irreconocible: en el primer semestre de 2025 solo pasaron por allí 83.400 personas
La imagen cambió de extremo a extremo. Ya no es el punto de partida de una muchedumbre empeñada en cruzar el Darién rumbo al sueño americano. Ahora es el escenario silencioso donde se evidencia un fenómeno inesperado: la migración invertida.
Los migrantes que llegan no lo hacen para avanzar, sino para devolverse. Paradójicamente, la crisis que Colombia, Panamá y la región no pudieron resolver la frenó Donald Trump a miles de kilómetros de distancia con su política migratoria de hierro. Necoclí es hoy la prueba más clara de que, para miles de personas, ya no es negocio intentar llegar ilegalmente a Estados Unidos.
Pero en enero de 2025 esa dinámica cambió radicalmente. ¿La razón? La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y el restablecimiento de una estricta política antimigratoria que desmontó las medidas del Gobierno de Joe Biden. Se reactivó la construcción del muro fronterizo, se eliminaron protecciones y programas que antes ofrecían una posibilidad de ingreso, y se cerraron de golpe expectativas que habían impulsado a miles a lanzarse al corredor migratorio.
Contrario a lo que venía sucediendo desde 2021, cuando Migración Colombia identificó un crecimiento escandaloso en el flujo de migrantes desde el golfo de Urabá hacia Panamá, esa cifra cayó de forma abrupta.
Ahora, los migrantes no llegan a Necoclí con la esperanza de asumir una travesía que podría costarles la vida bajo la promesa de un futuro mejor, sino que arriban desde el norte, destrozados, endeudados y emocionalmente quebrados por la negativa de ingreso a Estados Unidos.
Según el experto, 12.347 migrantes fueron detectados en flujo migratorio irregular inverso, es decir, pasando por Colombia para regresar a sus hogares, especialmente en Venezuela y Ecuador. Esa entidad también registró un poco más de 2.000 personas que cruzaron la frontera hacia Necoclí con documentos de viaje.
Tomado de: Semana























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