Autoridades étnico-territoriales, familiares de los desaparecidos, buscadores, organizaciones sociales e instituciones de la región participaron en esta misión humanitaria.
“Todo esfuerzo vale porque es gratificante encontrar a las personas desaparecidas; y aunque falta confirmar la identificación de los diez cuerpos recuperados, esta acción genera esperanza para las familias buscadoras y las comunidades de la cuenca del río Salaquí”, comenta Luisa Fernanda Gutiérrez, investigadora de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD).
Por más de 20 días, la población de esta cuenca chocoana atestiguó la presencia de la misión humanitaria de la entidad que realizó la recuperación de diez cuerpos, de los cuales nueve podrían corresponder a personas desaparecidas en una incursión armada registrada en la zona en abril de 1999.
Como la búsqueda es con todos, se contó con el apoyo de familias a quienes pueden pertenecer los cuerpos.
Así lo cuenta Jenry Serna Córdoba, integrante de Proclade-Colven: “Es importante que estos procesos se sigan haciendo articulados porque primero está la familia. Eso es lo más importante en el marco de las desapariciones forzadas. Este es el primer hecho que estamos desarrollando en Riosucio y seguiremos con muchos más”.
Los diez cuerpos recuperados por el equipo forense de la UBPD fueron trasladados hasta el municipio de Apartadó. Luego se entregaron en Medellín al Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses para su identificación.
Martha Isabel Palacios Vásquez, coordinadora de la UBPD en la región del Urabá, manifiesta que esta acción humanitaria materializa el protocolo de relacionamiento y coordinación entre la UBPD y las comunidades negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras para buscar y encontrar de manera colectiva y con pertinencia étnica a las personas desaparecidas.























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