Los departamentos donde más casos de violencia hubo en el 2022 fueron Chocó, Cauca, Norte de Santander, Antioquia, Nariño y Arauca.
Durante el 2022, y de acuerdo con el Centro de Investigación Popular (Cinep), se reportaron que 116 mujeres fueron víctimas de violencias político-sociales, 93 de violaciones de Derechos Humanos y 16 de Derechos Internacionales Humanitarios, según los registros del programa.
Astrid González, representante de indígenas del Chocó, relató que las violaciones y ataques en contra de las mujeres son generadas dentro de los resguardos. “No hay respeto, no hay normas, en ocasiones nuestros mayores saben las situaciones y se niegan a castigar al agresor».
«El maltrato por los mismos compañeros u autoridades, la mujer no puede hablar y visibilizar su derecho. En un ejemplo, en mi resguardo, los hombres no permiten que las mujeres cuenten hacia afuera qué es lo que pasa en su interior del resguardo, no lo permiten», relata Astrid.
Por tal motivo, cerca de 500 indígenas conformaron el ‘Programa de Mujeres de la Mesa Permanente de Diálogo y Concertación de los Pueblos Indígenas del Chocó’ y realizan acciones para superar las múltiples violencias que afrontan en su cotidianidad.
«Si la mujer que habla y divulga hacia las entidades o a nosotras mismas, esas mujeres son sancionadas porque ellos no quieren que eso salga a la luz, ni que nuestras compañeras puedan visibilizar nuestros problemas. Y por eso todo lo cierran, todo lo tapan, que no se puede denunciar”, destacó Astrid González.
A todo este conflicto social se suma otra problemática, pues a la fecha cerca de 16 jóvenes se han quitado la vida, al parecer por falta de oportunidades y consecuencias del conflicto armado. Al respecto, el defensor del pueblo, Carlos Camargo, solicitó a las entidades competentes establecer programas de atención y que se movilicen hasta los territorios afectados.
«Se requiere una atención inmediata que esté en consonancia con las prácticas tradicionales de armonización que solicitan las comunidades afectadas. Sabemos de las afugias de las que son víctimas estas comunidades, a las que se tiene que enfrentar a diario, pero la vida tiene sentido», aseguró Camargo.
Por su parte Ilsa Banuvi, líder de jóvenes indígenas del Chocó, destacó que la perdida de sentido de pertenencia a la etnia ha influido en este conflicto.
«Se ha visto afectado el tejido social, el tejido familiar que conservaban los pueblos indígenas anteriormente. Ya no tenemos mayores orientando a los jóvenes, hablando con ellos. Cuando nuestra cultura, a través de la oralidad, de los cuentos, de los mitos, de las narraciones, nos orientaban, nos guiaban de cómo vivir en nuestros territorios. Hoy en día ya no se ve eso», culmina la líder.