La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Ocha, advierte que las comunidades de 6 municipios del departamento se han visto afectadas.
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, Ocha, advierte que al menos 16.050 personas en el Medio San Juan, departamento del Chocó , permanecen confinadas desde el paro armado que hizo el ELN en la zona el pasado mes de febrero.
“La situación humanitaria en la subregión del San Juan se ha agravado desde el 2021 por las acciones armadas de los grupos armados no estatales, incluyendo incursiones, enfrentamientos, hostigamientos y ataques contra la población civil. Este escenario ha generado una recurrencia de emergencias humanitarias en los municipios sobre los ríos San Juan, Sipí, Cajón y Tamaná”, advierte la Ocha.
Las poblaciones que están confinadas en este momento se encuentran en Nóvita, Medio San Juan, el Litoral de San Juan, Río Iró e Istmina.
“Se requiere adelantar procesos de verificación, atención y respuesta de la situación humanitaria de las comunidades afectadas por confinamiento, y el acompañamiento de las comunidades desplazadas que han retornado (326 personas de los municipios de Nóvita, Medio San Juan e Istmina). Es necesario fortalecer el gobierno propio de las comunidades étnicas para garantizar la autoprotección comunitaria y la guardia indígena”, agrega la alerta de la Ocha.
Además, se requiere la distribución de alimentos para las familias afectadas y que se garantice la educación de los menores en la zona. En ese departamento, el ELN se enfrenta al Clan del Golfo .
“Debido a las acciones armadas y las restricciones del paro armado declarado entre el 18 y 21 de febrero, se presentaron barreras de acceso para las organizaciones humanitarias y la institucionalidad. Aún persisten retos para el ingreso de autoridades y la evaluación de necesidades, atención y respuesta a las comunidades. Existen vacíos de información frente a la situación humanitaria de las comunidades confinadas debido a que no se han levantado censos, lo que impide la identificación de necesidades específicas desde un enfoque de género, diferencial y etario”, señala la Ocha.
