Llegaron a sus territorios en Risaralda y Chocó, las 85 familias embera, que se encontraban en difíciles condiciones de subsistencia en Bogotá, 25 de estas familias regresaron a los resguardo de Gitó Dokabú, en la veredas de Kuna Gitó, Kemberdé, Yoraudo, Santa Marta y Chifá de Pueblo Rico, Risaralda.
Mientras los demás hicieron lo propio hacia Bagadó, en Alto Andágueda, territorios de Aguasal, La Y, Oscordó, Conondo, Uripa, Masura, Cascajero, Mentuará, Cebedé y Río Colorado en el departamento del Chocó.
De acuerdo con Jhonatan Forero, coordinador del grupo de Retornos y Reubicaciones de la entidad, aún hay indígenas asentados en la capital del país y hasta el momento no tienen la intención de volver a sus territorios ancestrales.
“En esta quinta fase de retorno que realizamos desde la Unidad de Víctimas les extendimos la invitación a todos; sin embargo, hicieron caso omiso y en la actualidad siguen en estos parques entre 400 y 500 indígenas que no quieren volver a sus territorios”, complementa Forero que estas estrategias se realizan de manera voluntaria, así que es decisión de ellos quedarse en la capital del país.
Por su parte, Julio Nayazá, gobernador Mayor del Resguardo Indígena Unificado, alentó a quienes aún se encuentran en la capital del país para que tomen la decisión de volver a sus territorios, “en los territorios ancestrales hay garantías para todos los indígenas que quieran volver a sus hogares, con sus hermanos”.
Según la Unidad de Víctimas, esta es la quinta fase de retorno Embera que realiza esta entidad, en total han regresado a sus tierras ancestrales 477 familias, 1.442 indígenas, principalmente a municipios de Chocó y Risaralda.
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