Ante la emergencia humanitaria que se vive en la cuenca del río Bebaramá, en el Medio Atrato, la Unidad para las Víctimas coordina la atención y apoyo subsidiario con el fin de que el municipio brinde ayuda humanitaria a las comunidades indígenas de Bacao y Remolino, que se encuentran en situación de desplazamiento, y a la comunidad afro El Playón, que presenta restricciones a la movilidad y es la comunidad receptora de las familias indígenas.
Los 92 hogares reciben cuatro toneladas de ayuda humanitaria conformada por kits de alimento y aseo con lo que se busca mitigar el impacto ocasionado por la emergencia en ese municipio ribereño del Atrato.
Mareila Burgos, directora territorial (e) manifestó que la Unidad tiene como premisa proveer atención humanitaria a las comunidades afectadas por el conflicto armado y propender para una buena coordinación del sistema para que haya una complementariedad en la atención integral en beneficio de las gentes y sus familias.
Finalmente, la Unidad para las Víctimas hará seguimiento a la situación con estas comunidades para que, de acuerdo con lo establecido por la ley, en un futuro puedan regresar a sus territorios.