Usuarios del Hospital San Francisco de Asís de Quibdó siguen sufriendo las consecuencias de los constantes cortes de energía, que obligan a suspender exámenes, procedimientos y hasta la atención médica por la baja capacidad de la vieja planta eléctrica. Según los testimonios, la situación pone en riesgo vidas humanas y evidencia una preocupante negligencia.
Lo más grave es que una nueva planta de energía, adquirida desde enero por el anterior gerente interventor, sigue sin ser instalada. Las cajas con el equipo reposan a la intemperie, cubiertas con un plástico en las afueras de la Unidad de Urgencias, expuestas al deterioro por humedad y clima, mientras el hospital funciona a medias.
La comunidad exige respuestas urgentes a @Supersalud y a @MinSaludCol, así como a la actual administración del hospital. No es aceptable que, teniendo la solución en la puerta, se siga poniendo en peligro la salud y la vida de los pacientes. ¿Quién responde?
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